P. Isidro Salvador, ofm
1914-1981

«Sacerdote culto, sacrificado, entregado al servicio de los demás y celoso misionero»

Nació en Riocabado de la Sierra, pequeño pueblo de la Provincia de Burgos-España- el 6 de Noviembre de 1914. Sus padres Isidro y Saturnina formaban un hogar cristiano y al bautizarle le pusieron por nombre Ángel, que el cambió, como era costumbre, al ingresar a la Orden por Isidro, por el que se le conocerá.
Los primeros años de su vida transcurren en el ambiente rural de su pueblo. Teniendo 11 años, con el consentimiento de sus padres, en Setiembre de 1925 y llevado del deseo de ser misionero, ingresó en el Colegio de Anguciana, cuya finalidad era la de reunir a los niños para ir a Perú. Allí cursó hasta quinto de media y en misión presidida por el P. Leonardo García llegó a Perú en 1930.

El 31 de Octubre de ese mismo año, junto con otros compañeros inicia el año de noviciado profesando de votos simples el 1 de Noviembre del año siguiente. En el famoso Convento de Ocopa realizó los estudios de Filosofía y Teología bajo la dirección del P. Agustín Arruti y un grupo selecto de religiosos y profesores. Allí hizo la profesión solemne el 17 de Diciembre de 1935 y al concluir los estudios teológicos sería ordenado de sacerdote el 16 de Abril de 1939, siendo ese mismo día también su compañero Juan Landázuri Rikets, que años más tarde sería Arzobispo de Lima y Cardenal.

Recién ordenado de sacerdote ejercerá su actividad apostólica en Huaraz y lugares de alrededor visitando sobre todo las Hermandades de la Tercera Orden Franciscana.

Dos años después, en febrero de 1941 es destinado a la misión franciscana de Pucallpa donde permanecería hasta el año 1956, en que se crea el Vicariato que lleva su nombre: El Vicariato de Pucallpa desmembrándolo del inmenso Vicariato del Ucayali y que formará el de San Ramón, Requena y el ya nombrado de Pucallpa.

Fue en esta misión donde joven y dinámico dejó lo mejor de vida. Pucallpa, fundada en 1928 iba creciendo gracias a la presencia de los misioneros y las gentes que poco a poco iban poblándola. Su actividad fue intensa: director de la Escuela Nº 1220, atiende las tareas de la parroquia, visita los caseríos del Ucayali, conoce grupos nativos. En 1945 fundó y sacó el «Boletín parroquial«, informativo religioso-cultural que semana tras semana saldría hasta 1956.

Mucho debe la ciudad hoy de Pucallpa al P. Isidro Salvador, a los otros y religiosos y a las Franciscanas Misioneras de María que se establecieron también. En 1953 celebró sus 25 años y el influjo del P. Isidro fue tan grande que en las obras que por tan propicia ocasión se realizaron siempre estuvo presente su iniciativa y apoyo. Se ganó las simpatías y aprecio de las autoridades y de las gentes y vino a ser como el alma de la ciudad.

En 1956, la Santa Sede al dividir el Vicariato del Ucayali en tres, el de San Ramón, Requena y Pucallpa, al ser encomendado este último a la Sociedad de Sacerdotes para Misiones Extranjeras de Québec (Canadá), el P. Isidro fue el encargado de hacer la entrega oficial a los nuevos representantes de la casa misión, enseres, iglesia de Santa Rosa y todas las propiedades. Esfuerzos, trabajos, y sudores por disposición de la Santa Sede pasaron a los nuevos trabajadores de la viña del Señor.

Terminada la transferencia, en Febrero de 1957 es destinado como Superior al Seminario franciscano misionero de Anguciana –España-, donde además de desempeñarse como profesor amplió y mejoró el local.
Este paréntesis duró poco más de dos años, ya que en el Capítulo Provincial correspondiente al año 1959 es destinado de nuevo a misiones, al Vicariato de Requena como Superior Regular de misiones de dicho Vicariato.

A su seriedad religiosa añade la capacidad de trabajo: Dirige la marcha de la casa misión, visita periódicamente a los misioneros y las misiones del Vicariato, Ejercicios Espirituales, Clases en el Colegio Padre Agustín López Pardo. Mantiene contacto con las autoridades políticas y militares de la zona. Es el encargado de los trabajos de construcción del aeropuerto, recibiendo las felicitaciones en su inauguración del entonces presidente de la república Fernando Belaúnde Ferry. Ideó promovió y dirigió la expedición al Yaquerana y que le mereció la condecoración de la Orden del Sol en el grado de Comendador. Saca el periódico semanal «Vamos» con una tirada de unos 500 ejemplares semanales. Al celebrarse el centenario de la creación política del Departamento de Loreto, el P. Isidro Salvador ocupó un lugar de honor entre los personajes más representativos.

Sin duda que fueron años de intenso trabajo y de gran reconocimiento por su obra misional primero en Pucallpa y luego en Requena, en total 20 años al servicio de las misiones, servicio que continuaría el próximo trienio: De Agosto de 1966 hasta Marzo de 1969 es destinado a la misión de Satipo, en el Vicariato de San Ramón, donde trabaja como Superior y cuasipárroco y Director del Colegio de media «Padre Francisco Irazola». En 1969 es destinado al Colegio Seráfico del Callao hasta 1978 y de ese año hasta la fecha de su fallecimiento, 17 de Diciembre de 1981, lo hizo en Villarrica, misión del Vicariato de San Ramón, donde un fallo cardíaco terminó con su vida cuando después de un gran esfuerzo y sintiendo sus efectos, el banco de la iglesia y el libro de rezos, fueron testigos de su muerte, muerte que produjo un hondo pesar y dolor no solo para el Vicariato de San Ramón, sino también para todas las gentes de Villarrica.

Fue el P. Isidro Salvador un buen religioso franciscano, un buen sacerdote y un celoso misionero. Su voluntad y capacidad de servir fue una constante allí donde se encontró tanto en las misiones, como en los diversos lugares que fue destinado. Atento y delicado en sus relaciones con las religiosas, sobre todo en las misiones donde les prestaba todos los servicios que estuvieran a su alcance: prédicas, charlas, conferencias. Feliz y optimista, abierto a todos y siempre atento a las realidades y necesidades del pueblo y de los alumnos. Hombre culto, preparado, educador y un buen escritor dejando su huella en miles de páginas, en memorias, informes, en las hojas parroquiales y en otros medios entre ellos las revistas «Florecillas de San Antonio» y «Efemérides de la Provincia San Francisco Solano» Entre sus obras destaca el libro que publicó en 1972 «El misionero del Remo» sobre la biografía del P. Agustín López Pardo», sencillo y de lectura amena.

Amante de las misiones y de sus gentes, poco antes de morir estaba preparando una monografía sobre el Vicariato de Requena.

Su recuerdo perdura sobre todo en Villarrica donde el 23 de Junio de 1982 se promulgó una resolución con la que se designaba con el nombre de P. ISIDRO SALVADOR al Centro Educativo de Varones Nº 34232 de Villarrica.