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Fr. Francisco Fernández Gutiérrez (1930-2016)
Estuvo al servicio del Vicariato de Requena durante los años 1977 al 1988. Estuvo en Flor de Punga en los tiempos que estaba allí el P. Santiago Rincón Pinto. La parte de la carpintería se hizo por él, para que trabajara y enseñara ebanistería.
Desde Jerusalén nos han enviado este pequeño curriculum vitae el día de su fallecimiento:
Fr. Francisco Fernández ha vuelto a la casa del Padre.
El día 14 de septiembre, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, Fr. Francisco ha faltado en la enfermería de San Salvador de Jerusalén.
Fr. Francisco nació en 1930 en Pedrera (Sevilla) de Antonio y María Dolores. Entró ya mayor en el postulantado de Chipiona, perteneciente a la Provincia religiosa de Ntra. Sra de Regla de Granada, en 1969; prosiguió su noviciado en el mismo convento y emitió la profesión en las manos del P. Ángel Bárcena el 12 de julio de 1971, y, en las mismas manos, tres años más tarde, su profesión solemne.
Fr. Francisco maduró su vocación misionera en el convento de Chipiona, donde permaneció hasta el año 1977. Entonces pasó a servir en el Vicariato de Requena en Perú durante 10 años, hasta el 1988, cuando regresó de nuevo a Chipiona, pero sólo por prepararse para partir nuevamente, esta vez a Tierra Santa, donde ha prestado sus servicios hasta el año 1990.
Fr. Francisco tenía dotes de artista que le llevó a estudiar la enseñanza profesional y recibió el título de ebanista-decorador y tapicero. Su Ministro provincial, al comunicar al entonces P. Custodio el deseo de Fr. Francisco de ir a Tierra Santa de hecho aclaró: «Es un buen religioso, tanto en la vida franciscana como en el trabajo. Es un carpintero muy competente, ebanista y escultor, y en la Custodia podrá dedicarse a todo esto». Y efectivamente su creatividad le permitió dejar en los conventos algún signo de su habilidad artística, como la gran estatua de San Zazarías en el jardín de la Visitación.
Su primer destino fue el convento de la Anunciación en Nazaret, pero Fr. Francisco llevaba en el corazón el deseo de servir en la Basílica del Santo Sepulcro y no cesaba de recordárselo al Custodio de Tierra Santa que le hacía saber la dificultad del servicio en un lugar tan especial.
Estando en Ain Karem para servir en las capillas de San Juan y la Visitación, en septiembre de 1999 se le pidió que regresara a la Provincia, donde se le asignó al Santuario de Linarejos (Jaén). Pero en mayo de 2002 se pidió a su Provincial volver a trabajar en la Custodia, petición que el Discretorio de Tierra Santa aprobó el siguiente mes de julio. Al comunicarle la noticia su Provincial le escribió: «Que nuestro Padre San Francisco bendiga y proteja tu viaje, y que en tu nueva ubicación como misionero en esta Tierra Santa, que tanto amamos y a la que nos sentimos tan unidos como provincia, para que nos representes con una presencia verdaderamente ejemplar por tus virtudes y tu donación al servicio que requiere la obediencia que puede hacer mucho bien a todos «.
Vuelto a Tierra Santa Fr. Francisco sirvió en los conventos de San Juan en la Montaña, San Juan en el Desierto y, a petición suya, a partir de 2010 en el convento de San Cleofás en Emaús. No obstante en 2013 fue trasladado a San Salvador, libre de todo trabajo, porque la salud ya no lo acompañaba como antes. Desde marzo de 2016 tuvo que trasladarse a la enfermería de San Salvador.
El P. Custodio, casi reafirmando lo que su Provincial le había dicho cuando volvió a Tierra Santa en 2002, le escribió con motivo de este último traslado: «Te recordamos siempre como un fraile trabajador incansable que ha dedicado con tenacidad y humildad muchos años de su vida al servicio de los santuarios. Te admiramos por tu generoso testimonio de fe que nos has dado a través del ejemplo concreto de como una vida de entrega total a Dios, movida por el amor sin límites, es capaz de dar tantos frutos». Ahora Fr. Francisco ha pasado ha cosechar en el cielo tras tantos años en que lo hemos visto trabajar por la belleza y dignidad de los conventos y jardines anejos a nuestros santuarios.
Fr. Francisco tenía 86 años de edad, 45 de profesión y 23 de servicio a la Custodia. Recordemos a este hermano en la oración, agradeciéndole al Padre que nos lo dió, a fin de que nuestra unión fraterna sea plena ante el Señor.
Jerusalén, 14 de septiembre de 2016.
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