PRIMER ENCUENTRO DE CATEQUISTAS EN NUESTRA PARROQUIA (2021)
Hace meses que iniciamos las reuniones de catequistas, unas veces por el zoom, pero normalmente ha sido de forma presencial. Desde entonces, todas las semanas nos reunimos los jueves para formarnos, conocernos, prepararnos para el inicio (que ya se dio) de la catequesis en todos los centros.
Se observan todos los protocolos, por supuesto.
Pero, desde la víspera de la pandemia, de los comienzos del confinamiento, no habíamos realizado un encuentro o convivencia. Lo fuimos pensando, madurando la idea. Y llegó el día del encuentro. Hoy, día 24 de julio, sábado.
La preparación ha sido compartida por todos los grupos. Y hemos contado con la colaboración de todo el personal que trabaja en el Cebe Manos Unidas, que nos han dejado la casa limpia y hermosa, y con Marli y Manuela que, como en años pasados, se han encargado de la preparación de las comidas.
Han participado casi 60 catequistas de las 11 capillas o centros de catequesis que tenemos en nuestra Parroquia de Requena.
Comenzamos puntualmente con la oración de la mañana, que prepararon los catequistas de San Juan y que nos motivó para el encuentro. Después el hermano Juan hizo una breve presentación o explicación del lugar donde nos encontramos, el Hogar Hermana Ana Permandinger, donde se encuentra el CEBE Manos Unidas, desde el año 2006; también explicó la metodología y el horario. Después pasamos al comedor, a tomar fuerzas con el desayuno que nos prepararon. Gracias.
Serían las 9 cuando comenzamos con la presentación del tema, que hizo el hermano Juan. Este nos situó dándonos informaciones que nos permitieron situarnos en esta realidad, tan afectada por la pandemia, y en las consecuencias que ha tenido y tiene en la vivencia religiosa, especialmente en los adolescentes y en los jóvenes.
También nos informó de algunas iniciativas en forma de proyectos pastorales dirigidos a adolescentes y jóvenes, que nos permiten vislumbrar caminos para acercar nos a ellos, desde su planteamientos, vivencias y deseos.
Cuando terminó esta parte, repartimos unas hojas con el tema propiamente de la jornada: “Discípulos, en misión con Jesús”. Cada uno de nosotros tuvimos 40 minutos para la reflexión personal. Después de formaron grupos de 5 catequistas cada uno, que trabajaron durante 50 minutos, centrándose en algunas preguntas del texto presentado.
En la puesta en común, un miembro de cada grupo explicó la forma del trabajo y dio un resumen del diálogo. Estas son algunas de las respuestas que se dieron, con sugerencias interesantes para nuestro quehacer catequético.
· El bautismo nos convierte en discípulos misioneros, Es decir, desde que recibimos el sacramento del bautismo ya somos llamados a la evangelización, con las preparaciones y enseñanzas que vamos recibiendo en nuestra formación.
· Somos discípulos de Jesús para todos los pueblos; participamos de su misión a través del seguimiento. Esto exige de nosotros permanecer, perseverar, ser cristianos activos. Un catequista no puede ser un día sí y al otro día, no.
· La catequesis tiene que alentar este dinamismo propio de la fe; es decir, hemos de conducir y acompañar a los catecúmenos por el camino de la verdad al encuentro con Jesús, conociendo su vida y ejemplo.
· Todos los bautizados somos llamados a la misión, a evangelizar. Hemos de ser conscientes de que la misión de proclamar a Jesús no es fácil o pasajera; por eso siempre hemos de ser discípulos misioneros.
· Hemos de formarnos como verdaderos misioneros para poder formar a los catecúmenos.
· Nos motiva y ayuda que todos sigamos la misma preparación de la catequesis cada domingo, siguiendo el evangelio.
· Formar a los catecúmenos con nuestro ejemplo, cultivando actitudes fraternas, respetando la libertad, etc.
· Que se sientan miembros de la Iglesia y que participen en la Eucaristía
· Hemos de desarrollar en los catecúmenos un encuentro vivencial fuera del ambiente de la catequesis, para que conozcan otras realidades y aprendan que podemos ayudar.
· También darles la tarea de difundir lo que han aprendido en la catequesis y hacer seguimiento de la tarea
· Hemos de trabajar con los padres para que ellos refuercen lo que sus hijos reciben, e incluso que continúen la catequesis con el evangelio.
Después de este compartir, comentamos algunas acciones concretas que los catecúmenos jóvenes pueden hacer: apoyar los domingos en las capillas más necesitadas (San Francisco de Asís y Señor de los Milagros), organizar pronto una convivencia con ellos, programar alguna salida de misión por nuestros barrios, por los lugares menos conocidos, para que puedan relacionarse con otros niños y jóvenes.
Al terminar, pasamos al comedor, allí degustamos el rico y abundante almuerzo preparado por las señoras de la cocina.
Terminamos la jornada con una media hora en la que pudimos evaluar la convivencia en cualquiera de sus aspectos. Todos señalaron que el lugar, el tema y el trabajo realizado fue muy positivos y que nos hace bien encontrarnos, pues nos fortalece la convivencia y el compartir entre todos. En general, también se destacó que centrar la catequesis en el evangelio nos está resultando positivo, y que vemos interés y resultados en los mismos catecúmenos.
No pudimos estar más tiempo, porque había otras actividades. En la capilla Corazón de María organizaron un bingo, que, por cierto, estuvo muy concurrido y en el que se repartieron buenos premios.
A todos los que colaboraron en la preparación de materiales, compras, limpieza, ambientación, tema, apoyo en la cocina y mucho más… Muchas gracias. Nos volvemos a reunir pronto. Todos los jueves, después de la Eucaristía, es el encuentro de formación (muchos lo valoraron positivamente).