
Misioneros actuales
Franciscanos menores
Hnos. de la Salle
Hermanas terciarias franciscanas
Franciscanas Misioneras de María
Hno Juan Oliver
Hno Florencio Mínguez
Hno Antonio Soriano
Hno José Luis Coll
Hno Antonio José Zambrano
Hno Agustín López Pardo
Hno Juan Santamaría
Hno Nicolás Giner
Hno Valentín Uriarte
Hno Pascual Alegre
Hno José R. Palací
Hno Jesús Carballo
Hno Severino González
Hno Isidro Salvador
Hno Joaquín Monasterio
Hno Diego Feliz Blanco
Hno Joaquín Ferrer
Hno Francisco Fernández
Hno Vicente Palacios del Hoyo
Hno Faustino Zapico
Hno Francisco Pérez H
Hna Annelisse Permandinger
Hno Ramón Cobo
Hno Lorenzo García
Mons. Julio Ojeda
Hno. Pedro Barbero

Se trata de un complejo capaz de dar acogida al proyecto social y cristiano que las duras realidades, provocadas por el terrorismo, le sugerieron al P. Joaquín Ferrer. Dios, sin duda alguna, le hizo concebir tan genial idea de acoger a los pequeños, que equivale a acoger a Jesús.
El proyecto ya está realizado en parte, aunque no está totalmente concluido. La Aldea del Niño «Beato Junípero Serra» ya está abierta y en el presente atiende a 100 niños/niñas internos y a 200 niños/niñas de Mazamari y alrededores. Le preguntamos al promotor de toda esta gran obra:
Padre Ferrer, ¿cómo surge la idea de esta obra de tanta envergadura material y humana?
La aldea del niño «Beato Junípero Serra» es una obra que se inicia como respuesta a las necesidades y atención a los niños huérfanos, y de familias económicamente pobres de los distritos de Mazamari, San Martín de Pangoa y de toda la provincia de Satipo. Este territorio, con una extensión de aproximadamente 20.000 km2 tuvo la amarga experiencia de soportar el cruel flagelo de las acciones de los diferentes grupos terroristas que se asentaron en las comunidades nativas Ashanincas y no-Machingengas, así como también en las comunidades colonas que pueblan este territorio.
¿Resultó fácil conseguir los terrenos así como la financiación de la obra?
El terreno donde se ha levantado la Obra fue adquirido mediante donación proveniente de la Sra. Francisca Vilca Huamán y por parte de la Municipalidad Distrital de Mazamari. La financiación para la construcción de la infraestructura y complementos de habitabilidad han sido aportados por diversas entidades: Terrs des Hommes (Holanda), Action Dreikönig (Alemania), Freude der indios von Perú (Alemania), AECI (España), Generalitat Valenciana, Diputación de Valencia (España), Ayuntamiento de Madrid y también contamos con amigos de la Misión que aportan pequeñas cantidades de dinero para afrontar a diario los gastos de manutención de los niños y del funcionamiento de la Aldea.
Concluida la infraestructura en este curso, ¿a cuántos niños/as podrá atender la Aldea del Niño?
Para el próximo curso 2002-2003 que comienza después de las Fiestas de Pascua, tenemos cubiertas la totalidad de las plazas previstas que son 200 internos y 300 externos.
¿Por qué el Centro se ha visto obligado a acoger niños/as en régimen de internado?
Como consecuencia de las acciones bélicas de estos grupos subversivos, sumados a las acciones traumáticas causadas por los grupos narcotraficantes que dominaron estos territorios a la fuerza, han causado un alto número de niños huérfanos que no cuentan con ningún tipo de atención por parte del estado peruano, ni de instituciones privadas.
Los niños/as nativos que viven internos en la Aldea son llevados por personal del Centro a sus pueblos los viernes al terminar las clases de la mañana y la comida, para que no pierdan el contacto con sus comunidades nativas, parientes, amigos, autoridades… y los domingos por la tarde sale de nuevo al expedición desde la Aldea para recoger a los niños/as.
¿Con qué plantilla de personal cualificado cuenta para llevar a cabo la acción pedagógica?
El personal que atiende las necesidades de los niños está conformado por cinco religiosas de la congregación Madres Franciscanas de Copacabana, que se responsabilizan de la Dirección de los estudios, la cocina y las atenciones personales diarias y nocturnas de los niños/as. El P. Ferrer es el Promotor y profesor del Centro, y también contamos con 4 profesoras para el nivel inicial, 6 profesores para el nivel primario, 8 profesores para el nivel secundario, y D. Antonio Sancho que desempeña la función de Coordinador Técnico.
La atención de la salud de los niños está en manos de los médicos del Hospital San Martín de Pangoa (el hospital es también obra del P. Ferrer, que levantó para atender las enfermedades tropicales).
Además de impartir la enseñanza primaria y secundaria, ¿tenéis pensado algún otro tipo de formación?
Hemos logrado, tras superar dificultades económicas, iniciar el programa de capacitación de nivel técnico manual en carpintería, mecánica, soldadura, corte y confección, panadería, informática, artesanía y agricultura. Con el desarrollo de este programa queremos capacitar a los jóvenes, una vez terminados los estudios secundarios para un oficio con que enfrentarse a la dura realidad que les toca vivir.
En cualquiera de las etapas de formación está presente la formación humano-cristiana, la asistencia a la catequesis y participación en la Eucaristía dominical.
El proyecto Aldea del niño «Beato Junípero Serra» ¿está proyectado sólo para los niños/as que comienzan la educación inicial acompañándoles hasta concluir o terminar los estudios?
El proyecto está pensado para estos niños principalmente, y abierto también para otros jóvenes mayores. Tengamos en cuenta que durante los veinte años que azotó el terrorismo y el narcotráfico a esta zona, ha lastimado a la mayoría de la población sumiéndola en la miseria. En muchos pueblos fueron destruidas y quemadas las escuelas y asesinados los profesores, dejando un alto porcentaje de jóvenes ciudadanos sin formación alguna.
Para esta función del Centro, capacitar técnicamente en los oficios hacen falta muchos recursos materiales y económicos.
Ya funciona en el centro con éxito la panadería, que además de suministrar el pan diario para los niños del Centro, se vende a la población.
¿Está previsto dotar a las instalaciones de la Aldea del niño «Beato Junípero Serra» de Iglesia o Capilla?
Ciertamente que sí; está previsto en los planos la reserva del lugar destinado a la futura Iglesia. Puedo adelantar la noticia de que ya cuento con una cantidad de dinero muy respetable para este fin, generosa donación de unos amigos de Valencia.
La iglesia servirá principalmente para celebrar la Liturgia de la Palabra y los Sacramentos con nuestros alumnos, y también estará abierta para atender espiritualmente a la población de los alrededores.
Después de conocer las exigencias de este ambicioso proyecto, hay una pregunta obvia: ¿cuál es el montante económico para sostener a diario la Aldea del niño «Beato Junípero Serra»?
El importe diario para mantener a uno de los 200 niños/as internos está calculado en 4,50 nuevos soles, que en dólares USA equivale a $1,30, 243 ptas, 1,46 euros).
Desde aquí elevamos nuestras peticiones al Señor, por mediación del beato Junípero Serra, que siga bendiciendo esta gran obra.
Y el P. Ferrer les ruega que apadrinen a algún niño/a de la Aldea. Será una obra preciosa.
Estas notas han aparecido en la revista «Apóstol y civilizador», boletín de divulgación de la obra del Beato Fray Junípero Serra que se publica en Petra (Mallorca), nº248
El año 2003 la revista Hesed Perú publicó una entrevista con este hermano. La primera parte de ella salió en el número 1 de esa publicación. En el número 2 salió la segunda parte. En esa entrevista nos va contando su itinerario humano, misionero y espiritual.
Aldea en medio de la selva para jóvenes de Mazamari.
2 jun 09.- De internet
Nilton Meza tiene 18 años llegó a Lima hace un año. Vino desde Pangoa para estudiar en la Universidad Nacional de San Marcos la carrera de Administración y Negocios Internacionales. Analía Aramburú es de Mazamari, llegó a Lima en el 2006 y está en el segundo ciclo de la carrera de Economía en la Universidad Agraria de La Molina. Ambos tienen algo en común: son egresados de la Aldea del Niño “Beato Junípero Serra” de Mazamari.
Mazamari es un distrito perdido entre el follaje extenso de la selva de Satipo. Hasta aquí llegó, hace 30 años, el padre Joaquín Ferrer Beniel, un misionero franciscano de Valencia (España), y construyó la Aldea del “Beato Junípero Serra” con el único objetivo de rescatar a los niños Ashaninkas y Nomatsiguengas, víctimas de la violencia terrorista existente en el país por aquellos días Joaquín Ferrer, es el personaje ganador del Premio Integración y Solidaridad 2005, hizo posible que chicos como Nilton y Analía pudieran terminar el colegio. Hoy, espera ver a estos jóvenes concluir la universidad y regresar a Mazamari para aplicar lo aprendido y sacar adelante su pueblo.
En Mazamari el 45 por ciento de la población tiene entre 15 y 29 años. Ahí no hay institutos superiores ni universidades; solo existe la Escuela Técnica Superior de la Policía Nacional y la Aldea Beato Junípero Serra. Por eso, los pocos alumnos, finalizada su secundaria escapan del atraso de su tierra.
Hoy el padre Joaquín Ferrer trabaja en un nuevo proyecto educativo: la primera Universidad Agroindustrial Tecnológica de Mazamari. Se construye el primer ambiente de la futura Facultad de Tratamiento de Maderas con el apoyo de instituciones cristianas alemanas.
A pesar de la pobreza y la violencia, los niños de Mazamari siguen yendo al colegio. La Aldea del Niño atiende a 204 niños y niñas Ashaninkas y Nomatsiguengas, huérfanos por el narcotráfico, y a otros 541 alumnos en los niveles de inicial, primaria y secundaria.
(Se encontró en http://programas.rpp.com.pe/integracionysolidaridad2009/2009/06/02/aldea-en-medio-de-la-selva-para-los-jovenes-de-mazamari/ que ya no está operativa en 2018)
Oficina de turismo de la municipalidad de Mazamari.
En su web habla de la «Catedral» de Mazamari y destaca el trabajo de tallado en madera que se realiza en la Aldea del niño. Lo de catedral es excesivo -no es la sede de un obispo-, pero la iglesia es preciosa. (En 2018 se comprobó que la web ya no está operativa)
Información parecida se encuentra en otra web.
Catedral de Mazamari y Tallado de Madera
Obras de Arte y Técnica contemporánea, construido en 1981, con apoyo de entidades extranjeras y bajo la dirección del párroco Joaquín Ferrer Beniel, de procedencia española.
Su construcción vista desde el aire tiene la forma de un rombo, en cuyo fondo se pueden distinguir el Alfa y Omega, las ventanas tienen representaciones de pasajes de la vida de San Francisco de Asís, hechos con varillas de hierro y soldadura, en su interior destacan imágenes, pulpito, altares tallados en madera, realizadas por entallador español Fray Pancho, al costado del templo se construyo una torre con Ángeles que representan una alegoría de sacrificio.
Interior de la iglesia de Mazamari
El periódico Las Provincias publicó el 25 de marzo de 2008
Una ONGD con sede en Carcaixent construirá un taller escuela en Perú
El centro, que se basará principalmente en la nutrición, tiene como uno de los objetivos generar empleo DESA BATALLER, CARCAIXENT
Algunos jóvenes de la selva amazónica de Perú que participarán en el proyecto del taller escuela. Contrarrestar la situación extrema de baja nutrición infantil y de la población en general del Distrito de Mazamari, provincia de Satipo, departamento de Junín, en Perú. Este el objetivo que persigue la ONGD Hesed Perú.
Esta organización, que tiene su sede en Carcaixent, lleva ya años trabajando en esta zona de la selva peruana y, éste, es sólo uno más de sus proyectos. En esta ocasión, la ONGD pretende instalar un taller escuela de nutrición e industrias alimentarias de lácteos y mermeladas.
Este proyecto formará parte del complejo de la Aldea del Niño «Beato Junípero Serra», impulsada por la propia ONGD. En este complejo asistencial se atienden a 782 niños, de los cuales 200 son huérfanos y viven permanentemente en calidad de internos.
Todos ellos proceden de las comunidades nativas Ashaninka, Nomatsiguenga y Colonos asentados en los territorios vecinos del Distrito de Mazamari.
El proyecto surgió de la necesidad de contrarrestar la baja nutrición infantil y de la población en general de esta zona. La tasa bruta de mortalidad infantil asciende a 31,39%, según las estadísticas oficiales.
El objetivo general es el de brindar una adecuada capacitación profesional alimenticia, además de generar empleo.
Asimismo, se busca ofrecer a la población en general y a la población infantil en particular, en situación extrema de necesidad, un buen nivel de alimentación, cuidado y capacitación técnico-manual.
A la vez, servirá como trampolín de generación de empleo y recursos en un futuro inmediato a la culminación de los estudios básicos de los alumnos de la Aldea del Niño «Beato Junípero Serra».
Atril de madera tallada para proclamar la Palabra de Dios.
Misión Franciscana de Mazamari
La Misión Franciscana de Mazamari dispone de un área de 180 metros cuadrados, totalmente construida en material noble, que fue posible ejecutarla con el apoyo de la orden franciscana menor de Alemania, en la que se planificó la instalación de las máquinas y accesorios para la enseñanza y elaboración de productos derivados de los lácteos y mermeladas.
El área descrita está debidamente acondicionada con las correspondientes conexiones eléctricas y sanitarias para el taller escuela de nutrición e industrias alimentarias.
El presente proyecto consiste en la instalación y puesta en marcha de las máquinas de procesado de lácteos y mermeladas, con capacidad de producción de cien litros por vez (aproximadamente cien litros cada tres horas).
Una vez envasados los productos, se pueden conservar en la cámara conservadora para el consumo interno de la aldea.
Las actividades productivas se iniciarán apenas se instalen las máquinas y equipos de trabajo, bajo el respectivo asesoramiento del especialista en nutrición, que estará a cargo del taller escuela.
El grupo beneficiario directo de este proyecto está constituido por las población infantil (782 niños y adolescentes) de la Aldea Niño «Beato Junípero Serra» y los beneficiarios indirectos están constituidos por la población infantil y adolescente en general de las poblaciones de los alrededores del Distrito de Mazamari, San Martín Pangoa y Satipo.
La entidad responsable del proyecto, una vez puesto en marcha será la Aldea del Niño, obra de la Misión Franciscana de Mazamari del Vicariato Apostólico de San Ramón. El responsable del proyecto será el padre Joaquín Ferrer Beniel, párroco de la parroquia San Juan de Mazamari y promotor de la Aldea del Niño.
La junta directiva Hesed Perú aprobó la realización de este proyecto con un presupuesto total de 7.560 euros. Recientemente se presentó a las convocatorias de subvenciones públicas para las ONGD, para cubrir parte de su financiación.
Grupo de niños sobre una piedra que había en el terreno antes de comenzar la construcción y que se respetó
El diario El Comercio publicaba en fecha 7 de julio del 2005:
El Estado no asigna maestros para enseñar en un centro educativo que atiende a los nativos
El que visita el Centro Educativo Parroquial Politécnico Integrado Aldea del Niño Beato Junipero Serra no imagina que cada ladrillo, cada pared, los equipos, los talleres y todo lo que se puede apreciar, es producto de la solidaridad de muchos países.
Este centro de educación fue fundado cuando la realidad rompía el corazón a cualquiera: cientos de niños quedaban huérfanos debido a la violencia terrorista y nadie velaba por ellos. La tarea de cuidar a los niños la asumió el religioso franciscano Joaquín Ferrer Beniel, párroco del distrito de Mazamari, provincia de Satipo. Para ello apeló a la solidaridad de todos los que quisieron escucharlo. La actual directora, sor Hermilda Duárez Montenegro, cuenta que la respuesta fue inmediata. La ayuda llegó de Holanda, Alemania, diferentes provincias de España y Canadá. Así fue que se levantó la aldea, en la actualidad convertida en centro educativo parroquial politécnico integrado.
En la actualidad la aldea funciona como un centro educativo bilingüe- intercultural, donde niños asháninkas, nomatshiguengas e hijos de los colonos conviven con respeto mutuo y sin ninguna discriminación. La aldea no recibe ningún apoyo del sector Educación que le ha negado hasta plazas docentes.
Por ello, las religiosas tienen que hacer malabares para la alimentación de los internos y para pagar a los profesores que contratan con sus propios fondos. A raíz de ello, dice la directora sor Hermilda Duárez, la ayuda internacional se ha alejado. Pese a la indiferencia del Estado Peruano las religiosas están haciendo lo posible para poner en marcha un instituto superior tecnológico, para que los huérfanos no se vayan solo con sus estudios de secundaria, sino que tengan una profesión que les pueda servir para defenderse en la vida.
«Lo que nos asombra es la fortaleza de los jóvenes nativos y estamos preparándolos para que sean líderes de su pueblo, para ello en el colegio tienen asesores educativos», señaló Antonio Sancho Ferrer, representante de la fundación española que apoyó la construcción de la aldea.
—